martes, 23 de octubre de 2012

MI CUENTO DE TERROR

LA PANDILLA NO ADMITIDA

Había una vez una familia llamada los Robinson. Se tenían que mudar de casa por problemas de dinero y trabajo. Esa familia se mudo a Aljucer porque allí el cabeza de familia había encontrado trabajo. La familia estaba formada por Antonio “el padre”, Rosa “la madre”, Jennifer “su hija” y Cristian el hijo y protagonista de esta historia.
Los amigos de Cristian también se mudaron porque ellos en su barrio eran los mejores colegas y amigos de Cristian. Allí en Aljucer nombraron a Cristian líder de la pandilla.
A Cristian se le subió a la cabeza eso de ser líder y entonces empezó a poner normas en el grupo que eran imposibles de cumplir. Al que no cumpliera con ellas lo expulsaban de la pandilla. Cristian empezó a expulsar a gente del grupo hasta que se quedo solo.
Cristian al llegar a su casa como todos los días en ella estaba su odiosa y malvada hermana Jennifer que le hacía la vida imposible. Cuando llegó empezó a mandarle tareas amenazándolo de que si no lo hacia le contaba a sus padres cualquier mentira que se inventara a la ligera.
Por la tarde intentó hacer amigos nuevos ya que se había quedado sin ellos. Encontró jugando al fútbol a unos niños y les pidió poder ser amigo suyo y unirse a la banda. Ellos le dijeron que antes tenía que pasar un test para ver si jugaba bien. Cristian lo hizo y además lo pasó sin problemas porque en su pueblo natal era muy buen jugador y en cima estaba fichado. Pasó el test y se unió a la pandilla. Sus amigos buscaron a Cristian por todo el pueblo para poder pedirle entrar de nuevo en la pandilla, pero cuando lo encontraron con otra le pidieron que volviera a su antiguo club. Cristian les dijo que no muy seguro y ellos les dijeron a los otros miembros del grupo que si se podían unirse a ellos para poder formar una pandilla más grande y la mejor del pueblo. Les dijeron que no porque los que no eran los amigos de Cristian no eran sus amigos. Fue tan grande ese rechazo que ellos quisieron vengarse de la forma más descabellada.
Al día siguiente un miembro del antiguo grupo de Cristian llamado Juan encontró una casa que estaba maldita por una niña, que cualquier niño que entraba allí no salía porque la niña lo cogía y lo mataba atándolo a un pilar y cogiendo un cuchillo para quitarle la piel poco a poco y luego sacarle los órganos de cuajo cortándolos como si fueran papel de calcar uno a uno. Todas estas cosas las hacia para que fuera mas dolorosa y lenta. Esta niña hace esto porque antiguamente en su época un niño rompió con ella y la maldijo porque decía que estaba loca. Ella enloqueció de furia y se dijo a si misma que nunca saldría con ningún niño más.
Sus amigos atraparon a Cristian y lo metieron en un saco de patatas. Lo llevaron a la casa y allí lo soltaron y lo encerraron para que la niña lo descuartizase lentamente. Allí en la casa la niña lo cogió e hizo lo que había hecho con otros desafortunados como él. Sus padres cuando vieron que Cristian no volvía a casa llamaron a la policía pero nadie supo más de el menos los malvados y locos de sus antiguos amigos.